lunes, 29 de marzo de 2010

DESTINO

Un unicornio blanco, inmaculado, galopa a toda velocidad
Sobre un amplio campo,
Aplastando fuertemente con sus patas
Las cabezas de millones de personas tendidas sobre el pasto,
Tiñiendo el mismo de un rojo
De brillo enceguecedor.
Delante de su galope se cruza
(o quizás sólo estaba allí)
Un bebé, de no más de un año de edad,
Cuyo rostro denotaba una inocencia y una pureza
Por muchos envidiada.
El unicornio tropieza con éste, y al caer,
Su majestuoso cuerno se quiebra,
Para luego volar por los aires.

Es una historia bastante interesante,
Si tenemos en cuenta que el cuerno, al descender velozmente,
Fue a dar de lleno en la yugular del infante,
Dándole muerte al instante y separando por completo
El cuerpo de su rostro inocente y puro...

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